Resumen:
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La “crisis”, o lo que es lo mismo, el estancamiento social, ecológico y también moral y político, a la que se enfrentan los países de diferentes regiones del mundo desde hace más de tres décadas, da fe de los límites de un modo de desarrollo estrechamente basado en la mercantilización al servicio del enriquecimiento privado. Trabajar por un desarrollo sostenible, entendido como un modo de vivir juntos arraigado concretamente en las sociedades, que refleje las opciones e iniciativas elegidas por la sociedad civil (Stoessel-Ritz, 2013), supone para las poblaciones una reapropiación de su destino y por tanto del cambio social. |