El siguiente artículo aborda las posibilidades de empoderamiento económico, social y cultural de organizaciones articuladas territorialmente bajo los principios de la economía solidaria. Él parte de dos nociones teóricas estructurantes – territorios de uso y acumulación solidaria, además de tres categorías que lo recorren: bancos comunitarios, monedas sociales y espacios de comercio justo. Todos ellos, de carácter analítico-proposicional, estructuran la comprensión que agregan, de forma interasociativa e intercooperativa, dos experiencias brasileñas, ubicados en regiones muy diferentes y a 4 mil km de distancia entre sí, lejos de centros económicos (São Paulo o Río de Janeiro) y sirven como referencias empíricas del análisis: Banco Palmas – Fortaleza,  estado de Ceará, noreste de Brasil, 20 años de experiencias y Rede Bem da Terra – Pelotas, estado de   do Sul, extremo sur de Brasil, 10 años de experiencias. Además de las síntesis descriptivas de sus relatos, el artículo aborda los mecanismos desarrollo de estas redes que pretenden ser parte de la economía solidaria, con principios comunes: solidaridad social y económica, democracia autogestionaria, promoción de la autonomía y la libertad individuales, la intercooperación, la sostenibilidad, la reducción de desigualdades sociales, transformación social a través de proyectos emancipatorios. El foco es identificar y analizar los mecanismos de funcionamiento, los resultados alcanzados y los desafíosfrente a experiencias de este tipo en Brasil.